La realidad de la miseria que encierra el mundo, es una diatriba muy discutida en las penumbras.
Pero he aquí el menor inconveniente y mayor problema: que nada es cierto y nada es mentira.
Es un juego teatral al estilo paraíso sin dibujar, una pintura con rastros de lienzo muerto.
Y nadie inmiscuye sus narices en fundamentos de biblioteca por miedo al dolor efímero del control.
Entonces perdimos las costumbre de ver, oír y decidir. Somos unas simples barajas sin más.
Qué fue de nuestras vidas cotidianas y naturales. Qué paso con el conocimiento de defensa.
Se perdió me parece. Se olvido en las reminiscencias del coco que llevamos por cerebro.
Ahora somos unas letras perdidas, que andamos buscando encontrar el libro de donde venimos.
Estamos intentado hallar el verdadero ser que no conocemos o si quiere tenemos.
Porque hemos sido marionetas dirigidas las cuales obedecen a la orden de un líder.
Y qué sabe el líder? Qué desea esa persona, mas que llevarnos a su grandeza?
Eso no puede ser!
Por dios! Nos hemos convertido en una mascara sin identidad, una formula sin fundamento.
Entonces digo y sin pecado repito, que nada perdemos si buscamos nuestras reglas.
Seamos libres de decidir con nuestra mano la manera de ser.
Organicemos las vidas y arranquemos las cintas de limitación para vivir.
Encontremos nuestra verdadera identidad y sentido de cordura.
Aunque perdamos la vida en ello, intentemos.
Y dejemos de ser una letras sin diccionario, dejemos de ser unas letras perdidas.
Aunque creamos que no haya nada en común entre nosotros.
Intentemos pensar y denle a un sueño irreal vida para que surja.
Hagamos de nuestra abreviatura una cultura sin compases ni sur ni norte.
Demostremos que todo es posible con letras, con palabras.
Dejemos el sentimiento muerto y hurguemos nuestros corazones.
Vivamos damas y caballeros de mi familia.
Vivamos por las letras perdidas.
Recordemos el pasado incógnito y vamos a darle sentido y conjuro.
Arribemos a mares nuevos y conozcamos la realidad de las letras.
Aunque perdamos la vista, hallemos el tacto.
Aunque olvidemos el odio, sintamos el gusto.
Por favor letras de mi vida, letras de mi sueño.
Vivan en la realidad del mar y el cielo.
Hagan conocer y aprender, y dame un sentido y una visión.
Deseo que guardemos un limite pero no este.
No nos limitemos a leer, sino a conocer.
Miremos más allá de una letra perdida, de una letra sin margen.
Veamos el sentido encontrado, el futuro desamparado.
Por favor letras de mi dolor y mi pasión.
Hoy las escribo perdidas, porque siempre nada es común entre ellas.
Por favor perdón letras de mi amor, nadie las entiende, ni yo.
Por eso perdón letras de mi perdición.